A veces es mejor olvidar lo que sientes para recordar lo que te mereces.

Nos gustaría tener el poder de controlarlo todo. Es algo que tenemos muy a dentro y no queremos perder. Da igual si estamos manejando el coche o volando en avión. Siempre necesitamos estar seguros de  que controlamos perfectamente la situación.  

Por desgracia, muchas veces perdemos el control de nuestra vida y ni siquiera nos damos cuenta. Vivimos una ilusión, una mentira. Respiramos para proporcionar bienestar, amor y felicidad a los demás. Nos ponemos en modo “piloto automático”.

Es verdad que hay cosas que no se pueden controlar y es mejor dejarlas pasar. No como nos gustaría a nosotros sino como tienen que pasar, con buenas y malas, con lágrimas y sonrisas, porque todo tiene su propósito en esta vida.

Pero también hay veces que tenemos que coger las riendas de nuestra vida. Vivir para nosotros. Disfrutar un momento de felicidad en la más completa soledad. Ser egoístas por un momento.

Ofrecemos tanto a los demás pero se nos olvida pensar en nosotros. Omitimos disfrutar de nuestra persona, negamos sentirnos bien en nuestra piel.

Tenemos tiempo para todos y para todo menos para nosotros. Todo es más importante, todo es más urgente, todo tiene prioridad.

La persona más importante en la vida de cada uno es uno mismo.

TÚ eres lo más importante que tienes y vales muchísimo. Haz todo lo que te pida el corazón, ama y déjate amar, perdona, olvida, llora, ríe, expresa tus sentimientos,  habla siempre la verdad y mira a los demás con orgullo. No te avergüences de lo que eres y de cómo eres.

¡Toma el control de tu vida! No dejes que los demás te digan como tienes que vivir, no te dejes manipular ni influenciar por lo que la gente piense. ¡Amate!

Porque cuanto más te ames a ti mismo…menos necesitas que te amen los demás.

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