Somos muy exigentes con nosotros mismos. Es como si, a veces, estuviéramos esperando cualquier pequeño error para sentirnos frustrados, enojados, avergonzados. Nuestro peor enemigo es…nuestra propia persona. Somos muy críticos. No somos perfectos, nos equivocamos, hacemos las cosas mal. Y eso es normal – lo vemos en los demás y lo aceptamos.
Pero las cosas cambian cuando se trata de nosotros. Nos exigimos mucho más que los que nos rodean.
¿Por qué no podemos simplemente entender y mostrar un poco de amor hacia nuestra persona?
Puede que nuestro cuerpo no se acerque al ideal, puede que nuestra vida sea una sombra de lo que nos gustaría que fuera… puede que todo lo veamos negro…En realidad –se trata solamente de un momento. Un instante, una etapa que pasará algún día.
Es extraño como podemos ser capaces de animar a cualquier amigo, como le podemos mostrar amor y comprensión. Pero – al mismo tiempo – nos cuesta hacerlo cuando se trata de nuestra persona.
Recordad que sois dignos de ser amados. Todos valemos mucho como seres humanos. Muchas personas tienden a ser inseguras de sí mismas, cuando en realidad todos somos espectaculares a nuestra manera, únicos!
Y eso – no hay que olvidarlo – pase lo que pase.
Huellas en mi alma 
No lo olvidare Ema. Gracias por tus palabras. Un beso
🙂
Hola Ema, me siento identificado con tu texto. Es cierto, hay que valorarse más, a tratarse con el cuidado y el respeto que merecemos.
Gracias, un abrazo.
Mee alegro, Jaime. Pus eso – a valorarse más. Abrazos.