Un día dejarás de creerte incompleta, y te darás cuenta que siempre fuiste una mujer entera.
Dejarás de pedir recetas para curar decepciones y comenzarás a tomar decisiones.
Ya no llorarás por las noches ni darás explicaciones, llegarás a sentirte tan resistente y plena que todo lo que sufriste habrá valido la pena.