La prueba de la puerta…

Estos días un amigo me recordó una película: “The Bronx Tale” (Una historia del Bronx, 1993). El gángster Sonny le explica a un niño que se está preparando para su primera cita cual es la forma de determinar si una chica vale la pena. Le propone utilizar la prueba de puerta: Después de abrirle la puerta del coche para subir en el asiento del pasajero, el hombre tiene que caminar por detrás del coche y mirar por la ventanilla trasera para ver si ella se inclina para desbloquearle a él la puerta del lado del conductor.

Si ella no lo hace, significa que es una persona egoísta y que no vale la pena perder el tiempo.

Tengo que reconocer que no estoy del todo de acuerdo con esta prueba. Creo que no se debería juzgar a una persona tan fácilmente. Si es la primera cita, una mujer puede estar muy nerviosa y simplemente no se comporta como de costumbre. Puede estar cansada o indispuesta.

Pero sí estoy de acuerdo con una cosa: las pequeñas cosas son las que más importan. Como por ejemplo saber callar mientras la pareja se toma el café y lee el periódico, pedir disculpas ante una indeseada flatulencia o decir gracias cuando el otro te hace un favor.

Si a él le gusta mirar algún deporte, lo suyo sería mirar con él aunque sea un momento para animar a su equipo favorito. O si a ella le gusta la opera, el cine o el ballet, tú, como hombre, podrías acompañarle alguna vez aunque no entiendas nada de esas cosas. Escuchar y tomar interés en lo que a la pareja le gusta hacer es extremadamente importante y más aun si no es algo que a ti te fascina.

Es un pequeño gesto que demuestra que quieres estar con esa persona y que estás preparado para hacer cosas que no te gustan solamente por el puro placer de ver la felicidad del otro.

No me gusta hacer pruebas, no me gusta juzgar a nadie analizando su comportamiento en un momento concreto pero sí creo que lo detalles, los pequeños detalles hacen toda la diferencia…

¿Qué pensáis vosotros sobre la prueba de la puerta?