Las personas tienen valor. Las cosas tienen precio.

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Gastamos probablemente más de la mitad de nuestra vida intentando ganar dinero. Cuanto más dinero, más posesiones y obviamente una vida mejor. Cada día soñamos con comprar cosas y más cosas pensando que las utilizaremos y que nos ayudarán a mejorar nuestra calidad de vida. Todas esas posesiones tienen el poder de proporcionarnos una existencia más cómoda, más llena, más feliz…si las utilizamos, claro. Pero muchas veces no lo hacemos.

¡Piénsalo! ¿Cuántas veces has comprado una prenda para vestir pero la has guardado solamente para ocasiones especiales? (ocasiones que se dieron puede ser…2 o 3 veces en un año o incluso menos…y luego la tiraste porque ya había pasado de moda). Igual pasa con los ordenadores, los electrodomésticos, las joyas y básicamente un 90% de los objetos que compramos.

De manera bastante extraña no nos pasa igual con las personas. No nos sentimos mal utilizando a un ser humano si de esta manera conseguimos algo que deseamos. Utilizamos a nuestros amigos, a nuestros familiares y conocidos, los explotamos al máximo, pedimos favores, usamos nuestros contactos para obtener los objetivos que nos proponemos.

Ya nadie hace nada de manera desinteresada. Siempre pensamos en lo que los demás podrían hacer por nosotros y basamos nuestras relaciones con ellos en este hecho.

Todas las personas tienen valor. En cambio, los objetos que compramos o fabricamos tienen un precio pero carecen de valor. Eso es porque el valor se lo damos nosotros mismos. Desgraciadamente, hoy en día ofrecemos más valor a las cosas que a las personas mismas.

Ya sé que me diréis que no siempre pasa esto y estoy de acuerdo. Todavía hay amistades y amores sinceros.

¡Pero mirad atentamente a vuestro alrededor! ¿Cuántos de nosotros decimos: soy rico porque tengo una familia maravillosa, una pareja espectacular o unos amigos impresionantes? Reconozco que yo tampoco lo hago tan a menudo como debería.   

¿Cuántos padres riñen a los hijos por dañar o perder algún juguete o ensuciar la ropa nueva? ¿Cuántas mujeres evitan ponerse esos zapatos muy caros  para salir a cenar con los amigos? Desgraciadamente, la gran mayoría.

¡Los objetos son para utilizar y las personas para amar! Y los que sepáis eso sois personas ricas aunque no tengáis mucho dinero!.

 

Foto: http://artofday.com/

11 pensamientos en “Las personas tienen valor. Las cosas tienen precio.

  1. Paupérrima en cuanto a euros, en cuanto a familia… Normal en cuanto amigos, poco y de muchísimos años, como si fueran yo misma…
    Hay una realidad, esta sociedad como en luces de neón y en mensajes subliminales, nos repite continuamente. Tanto tienes tanto vales, y obramos en consecuencia.
    Nos creemos con derecho a juzgar, a utilizar y abusar, también que estamos en posesión de la verdad, la educación, se confunde con flojera… En realidad, son tantas cosas las que no deberían de hacernos sentir infelices, que no tenemos mucha justificación para sentirnos así y no creo que vayamos por el mejor camino para conseguirlo…

    • Sí. La familia, los amigos son todo lo que necesitamos para ser felices. Muchas veces no nos damos cuenta del valor que tienen ciertas personas y las rechazamos o las utilizamos porque así nos enseña la sociedad que hay que actuar. Y luego nos quejamos de que estamos solos….

  2. Grandes verdades expresas, amiga. Estoy muy de acuerdo contigo. El dinero no hace felices a las personas ni las cosas tampoco… Lo espiritual no necesita vestidos y es lo que somos realmente. Excelente reflexión y bellísima foto. Un abrazo.

  3. Tal cual, así es la realidad, esa creencia del tanto tienes tanto vales, y la sociedad contribuye a ello, las mejores cosas, el mejor coche, móvil…etc… vale más un abrazo, una palabra, una sonrisa….quizás sea una utopía pero nos iría mejor valorando lo que somos y quienes nos rodea….excelente exposición. .. un abrazo

    • Efectivamente, Kike. Mira, precisamente estaba pensando en lo mismo. Se acerca mi cumpleaños y casi todo el mundo me pregunta que es lo que quiero de regalo. La verdad es que un abrazo, un beso, una sonrisa o una felicitación sincera es el regalo más caro que alguien me podría dar. No hay nada que valga más que el amor desinteresado.
      Un abrazo 🙂

  4. Iba a comentarte algo sobre este fantástico texto que tanto invita a la reflexión, pero he leído la respuesta tuya a Kike y me quedo con lo de tu cumpleaños. La expresión de los afectos no es sólo el título de uno de mis escritos guardados en el baúl donde descansan los que ya han salido a «escena», si no la necesidad enorme que todos tenemos de ellos. Y mira que en general se regalan poco. Así que yo me centro en el regalo que puedo hacerte por tu cumpleaños, H. Ema, y lo tengo claro, un gran ramo de flores silvestres que tienen por nombres abrazos, besos, sonrisas y felicitaciones.
    Que seas muy feliz. Y que cumplas muchos más!

    • Gracias, Isabel. Me encanta tu regalo aunque he de decir que todavía faltan un par de semanitas. De todas maneras, muchísimas gracias. Eres la primera en felicitarme 🙂

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